Los desastres en plataformas petrolíferas son eventos catastróficos que provocan el vertido incontrolado de petróleo y gas desde las instalaciones de perforación y producción. Estos incidentes tienen importantes repercusiones tanto para la seguridad humana como para el medio ambiente, y comprender su impacto es fundamental, ya que arroja luz sobre las devastadoras consecuencias de los accidentes industriales.
En este blog, analizaremos en profundidad 15 de los mayores desastres ocurridos en plataformas petrolíferas a lo largo de la historia. Estos incidentes sirven como un claro recordatorio de los riesgos asociados a la perforación en alta mar y de la importancia de las medidas de seguridad. Al examinar estos desastres, podemos obtener información sobre las lesiones humanas, los daños medioambientales y las lecciones aprendidas de estos trágicos sucesos.
Los primeros desastres en plataformas petrolíferas
En los inicios de la exploración petrolera, las cosas no siempre salían según lo previsto. Los errores, los accidentes y las circunstancias imprevistas provocaron algunos de los primeros desastres en plataformas petrolíferas. Estos incidentes, aunque menos avanzados tecnológicamente que los actuales, tuvieron sus propios retos y consecuencias. En esta sección, analizaremos de forma sencilla algunos de los primeros desastres en plataformas petrolíferas que marcaron la historia de la industria.
El pozo Lakeview (1910)
El pozo Lakeview de 1910 marcó uno de los desastres petroleros más colosales de la historia de California. Situado en el yacimiento petrolífero Midway-Sunset, cerca de Bakersfield, este derrame incontrolado de petróleo se asemejaba más a un río implacable que a una explosión convencional de una plataforma.
El 14 de marzo de 1910, se produjo una explosión incontrolable durante las operaciones rutinarias de perforación en Lakeview n.º 1. Causada por una combinación de gas a alta presión y reservas de petróleo en las profundidades del subsuelo, lanzó petróleo y gas natural al cielo, alcanzando alturas de hasta 200 pies. La erupción continuó sin cesar durante 18 meses, arrojando millones de barriles de petróleo al medio ambiente.
Más allá de su impacto medioambiental, el Lakeview Gusher tuvo profundas repercusiones en la población de los alrededores. Los gases procedentes de la explosión incontrolada supusieron un grave riesgo para la salud de las personas cercanas, provocando problemas respiratorios y otros trastornos. Además, la devastación económica causada por la catástrofe afectó al sustento de innumerables personas y empresas relacionadas con la agricultura y la industria petrolera de la región.
El vertido de petróleo de Santa Bárbara (1969)
El vertido de petróleo de Santa Bárbara comenzó el 28 de enero de 1969, cuando una plataforma petrolífera sufrió una explosión que provocó el vertido incontrolado de petróleo y gas natural en las aguas del canal de Santa Bárbara. La explosión se produjo durante las operaciones de perforación y los esfuerzos por contenerla fueron inicialmente infructuosos.
El impacto medioambiental de este desastre fue devastador. Más de tres millones de galones de petróleo se vertieron al océano, cubriendo las playas, los hábitats costeros y la vida marina con una espesa capa de crudo. Las aves, los peces y los mamíferos marinos se vieron especialmente afectados, y muchos murieron o sufrieron daños a largo plazo. El vertido tuvo un impacto duradero en los frágiles ecosistemas costeros y la biodiversidad de la región.
El vertido de petróleo de Santa Bárbara también causó graves pérdidas económicas a las industrias pesquera y turística locales, así como daños materiales a los residentes de la costa. Además, la salud de las personas que participaron en las labores de limpieza o que vivían en las zonas afectadas se vio comprometida debido a la exposición a las sustancias químicas tóxicas presentes en el petróleo vertido.
Reventón de Bravo (1975)
La explosión de Bravo de 1975 fue un importante accidente de perforación en alta mar que se produjo en el yacimiento petrolífero de Ekofisk, situado en el mar del Norte. Comenzó el 22 de abril de 1975, durante las operaciones de perforación, cuando se encontró inesperadamente gas a alta presión, lo que provocó la liberación incontrolada de petróleo y gas del pozo. A pesar de los esfuerzos inmediatos para controlar la explosión, incluido el uso de preventores de explosiones y lodo de perforación, los primeros intentos fueron infructuosos.
El incidente tuvo consecuencias notables, entre ellas el vertido de una cantidad considerable de petróleo en el mar del Norte, lo que provocó una mancha de petróleo visible. Este vertido de petróleo tuvo efectos adversos en la vida marina del mar del Norte, con informes de aves marinas cubiertas de petróleo y posibles daños a los peces y otras especies acuáticas. La explosión del Bravo también suscitó preocupación sobre los procedimientos de seguridad y la fiabilidad de los equipos en la industria de la perforación en alta mar, en particular en el mar del Norte.
Reventón del Ekofisk Bravo (1977)
El reventón del Ekofisk Bravo se produjo el 22 de abril de 1977 en el yacimiento petrolífero Ekofisk, situado en el mar del Norte. El incidente fue consecuencia de fallos técnicos y operativos durante las operaciones de perforación.
El reventón se produjo cuando una válvula de control del pozo falló durante la perforación, lo que provocó la liberación incontrolada de petróleo y gas del pozo. Se hicieron esfuerzos para taponar el pozo utilizando pozos de alivio y otros medios, pero inicialmente no tuvieron éxito.
La explosión tuvo importantes consecuencias para el medio ambiente y la economía. El pozo liberó una cantidad considerable de petróleo al mar del Norte, creando una gran mancha de petróleo en la superficie. Sin embargo, también desempeñó un papel fundamental en la mejora de la seguridad y los cambios normativos en la industria petrolera del mar del Norte para evitar incidentes similares en el futuro.
Derrame de petróleo de Ixtoc I (1979)
El derrame de petróleo de Ixtoc I se produjo a raíz de una explosión en un pozo que tuvo lugar el 3 de junio de 1979 en la bahía de Campeche, en el golfo de México. El incidente fue el resultado de una serie de fallos técnicos y operativos durante las operaciones de perforación de la empresa petrolera estatal mexicana Pemex.
La explosión comenzó cuando el lodo de perforación, utilizado para controlar la presión en el pozo, no logró impedir la liberación incontrolada de petróleo y gas. Esto se debió a un fallo en el preventor de reventones. Pemex realizó múltiples intentos para taponar el pozo y detener el flujo de petróleo. Entre estas medidas se incluyó el uso de pozos de alivio y dispositivos de contención, pero inicialmente no tuvieron éxito.
Se calcula que el pozo vertió entre 10 000 y 30 000 barriles de petróleo al día en el Golfo de México durante casi nueve meses. Estados Unidos y México colaboraron en las labores de contención y limpieza, y se enviaron expertos y equipos estadounidenses para ayudar a México a gestionar el vertido.
Desastre de la plataforma petrolífera Bohai 2 (noviembre de 1979)
En noviembre de 1979, la plataforma elevadora Bohai 2 se hundió en el golfo de Bohai, frente a la costa de China. Mientras la plataforma era remolcada, se desató una tormenta inesperada que la sometió a fuertes vientos. Trágicamente, la bomba del ventilador de la plataforma resultó dañada durante la tempestad, lo que provocó un agujero en la cubierta y una inundación generalizada. Esta pérdida de estabilidad, unida a las implacables condiciones meteorológicas, provocó finalmente el catastrófico vuelco de la plataforma.
Desgraciadamente, el remolcador fue incapaz de rescatar a los tripulantes, que carecían de la formación adecuada en procedimientos de evacuación de emergencia y en el uso de equipos de salvamento. Más tarde se descubrió que el equipo de cubierta no se había estibado correctamente antes del remolque, lo que contribuyó al desastre. Además, no se respetaron los procedimientos estándar de remolque en condiciones meteorológicas adversas, lo que posiblemente se vio agravado por el hecho de que las instrucciones de funcionamiento de la plataforma, de fabricación japonesa, no se habían traducido al chino hasta después del incidente.
Desastre de la plataforma Alexander L. Kielland (1980)
El desastre de la plataforma Alexander L. Kielland ocurrió el 27 de marzo de 1980 en el mar del Norte, frente a la costa de Noruega. Este trágico incidente consistió en el colapso repentino y catastrófico de una plataforma de perforación semisumergible que se utilizaba como plataforma de alojamiento para trabajadores petroleros.
El desastre fue provocado por condiciones meteorológicas extremas, como fuertes vientos y mares agitados, que ejercieron una presión considerable sobre la estructura de la plataforma. Como resultado de estas condiciones meteorológicas adversas y de las vulnerabilidades estructurales, la plataforma se inclinó, volcó y finalmente se hundió, con la pérdida de la vida de los 123 tripulantes que se encontraban a bordo. Sigue siendo uno de los accidentes de perforación en alta mar más mortíferos de la historia.
A raíz del desastre del Alexander L. Kielland, se implementaron cambios importantes en las normas de seguridad en alta mar y en las prácticas de la industria. Estos cambios se centraron en mejorar la estabilidad y las características de seguridad de las plataformas, mejorar los procedimientos de respuesta a emergencias e introducir normas de seguridad más estrictas. El objetivo era evitar tragedias similares en el futuro y garantizar la seguridad de los trabajadores petroleros en alta mar que operan en entornos difíciles y potencialmente peligrosos.
Desastre del Ocean Ranger (1982)
El desastre del Ocean Ranger se produjo el 15 de febrero de 1982 en aguas de la costa de Terranova, Canadá. Este trágico incidente supuso el hundimiento de una plataforma de perforación semisumergible operada por Mobil Oil Canada.
El desastre se produjo durante una fuerte tormenta invernal con vientos huracanados y olas altas, que sometieron a la estructura de la plataforma a una tensión enorme. A pesar de los esfuerzos por mantener la estabilidad, el Ocean Ranger volcó repentinamente y se hundió, causando la muerte de los 84 tripulantes que se encontraban a bordo. Esta pérdida lo convirtió en uno de los accidentes de perforación en alta mar más mortíferos de la historia.
En respuesta al desastre del Ocean Ranger, se implementaron cambios significativos en las normas de seguridad en alta mar y en las prácticas de la industria. Entre ellos se incluyen la mejora de la estabilidad y las características de seguridad de las plataformas, la realización de simulacros de respuesta a emergencias más rigurosos y la introducción de normas de seguridad más estrictas. El objetivo era evitar tragedias similares y garantizar la seguridad de los trabajadores petroleros en alta mar que se enfrentan a condiciones difíciles y potencialmente peligrosas.
Explosión del Malacca Sultan (1982)
La explosión del Malacca Sultan de 1982 se produjo en el estrecho de Malaca, cerca de Malasia. Comenzó cuando las operaciones de perforación encontraron depósitos de gas y petróleo a alta presión inesperados bajo el lecho marino. A pesar de los esfuerzos inmediatos para controlar la situación, como el despliegue de preventores de explosiones y otras medidas de seguridad, el pozo sufrió una fuga incontrolada de petróleo y gas.
Las consecuencias medioambientales y de seguridad de la explosión del Malacca Sultan fueron considerables. El incidente provocó el vertido de un volumen considerable de petróleo en el estrecho de Malaca, lo que dio lugar a la formación de una marea negra en la superficie del mar. Este vertido de petróleo tuvo efectos perjudiciales para la vida marina, los ecosistemas costeros y los medios de vida de las comunidades locales.
Se iniciaron rápidamente las labores de respuesta para mitigar los daños. Se pusieron en marcha operaciones de contención y limpieza para acorralar y retirar el petróleo derramado de la superficie del mar. Además, se realizaron evaluaciones medioambientales para evaluar el alcance de los daños medioambientales causados por la explosión.
La explosión de Ivar Aasen (1985)
La explosión de Ivar Aasen de 1985 fue un importante incidente de perforación en alta mar que se produjo en el mar del Norte noruego. Este suceso se produjo cuando se encontraron yacimientos de gas y petróleo a una presión inesperadamente alta bajo el lecho marino. Lamentablemente, el preventor de explosiones, un dispositivo de seguridad fundamental, no funcionó como estaba previsto, lo que provocó la liberación incontrolada de petróleo y gas del pozo.
El incidente tuvo consecuencias medioambientales, ya que provocó el vertido de un volumen considerable de petróleo al mar del Norte y la formación de una marea negra en la superficie del mar. Este vertido tuvo efectos adversos en la vida marina y los ecosistemas costeros del mar del Norte, causando daños a los peces, las aves marinas y otros animales salvajes. Además, suscitó preocupación sobre la eficacia de los equipos y procedimientos de seguridad en las operaciones de perforación en alta mar.
En respuesta, se iniciaron operaciones de contención y recuperación para acorralar y retirar el petróleo derramado, mientras se realizaban evaluaciones para determinar el alcance de los daños medioambientales. El incidente también impulsó mejoras en la seguridad de las perforaciones marinas, incluida una reevaluación de los protocolos y equipos de seguridad para mejorar las medidas de control de los pozos y la funcionalidad de los preventores de reventones.
Reventón del Ocean Odyssey (1988)
La explosión del Ocean Odyssey, ocurrida en septiembre de 1988, se produjo durante las operaciones de perforación de la plataforma Ocean Odyssey y tuvo varias repercusiones importantes. Se desencadenó cuando las operaciones de perforación encontraron inesperadamente reservas de gas y petróleo a alta presión bajo el lecho marino. A pesar de los esfuerzos inmediatos para controlar la situación, incluida la activación de mecanismos de seguridad como los preventores de reventones, el pozo siguió liberando petróleo y gas de forma incontrolada.
El incidente provocó el vertido de un volumen considerable de petróleo en el Golfo de México, lo que dio lugar a la formación de una marea negra en la superficie del mar. Este vertido tuvo efectos adversos en la vida marina y los ecosistemas costeros del Golfo, causando daños a los peces, las aves marinas y otros animales salvajes. Además, el incidente suscitó preocupación en el sector sobre la eficacia de los equipos y procedimientos de seguridad en las operaciones de perforación en alta mar, lo que puso de relieve la necesidad de mejorar las medidas de seguridad.
Se iniciaron rápidamente los esfuerzos para mitigar los daños causados por la explosión. Se pusieron en marcha operaciones de contención y limpieza para acorralar y retirar el petróleo derramado de la superficie del mar. Se realizaron evaluaciones medioambientales para valorar el alcance de los daños y orientar los esfuerzos de limpieza posteriores.
Desastre de Piper Alpha (1988)
El desastre de Piper Alpha, uno de los accidentes más mortíferos de la historia en una plataforma petrolífera, ocurrió el 6 de julio de 1988 en el mar del Norte. Comenzó con una fuga de gas y culminó con una serie de explosiones e incendios en la plataforma Piper Alpha, operada por Occidental Petroleum. El desastre se produjo debido a una combinación de factores, entre los que se incluyen fallos de seguridad y fallos de comunicación.
El desastre de Piper Alpha se saldó con la trágica pérdida de 167 vidas, lo que lo convirtió en uno de los accidentes más mortíferos en una plataforma petrolífera en alta mar. Más allá de la pérdida de vidas humanas, el impacto medioambiental fue relativamente limitado, ya que la mayor parte del petróleo de la plataforma se quemó durante el incendio. Sin embargo, el accidente tuvo graves consecuencias psicológicas y emocionales para los supervivientes y las familias de las víctimas.
El desastre puso de relieve la importancia de contar con protocolos de seguridad rigurosos. Dio lugar a un compromiso renovado con la seguridad en las operaciones marítimas en todo el mundo, y las empresas implementaron procedimientos de seguridad mejorados y formación para los trabajadores.
Desastre de la plataforma elevadora Usumacinta (octubre de 2007)
El 23 de octubre de 2007, una trágica colisión entre una plataforma de perforación y una plataforma en la bahía de Campeche, en el golfo de México, causó la muerte de 22 personas. El incidente se produjo durante las operaciones de perforación contratadas por PEMEX, la empresa petrolera estatal de México.
PEMEX había contratado la plataforma elevadora Usumacinta para que se situara junto a la plataforma Kab-101 con el fin de completar las actividades de perforación del pozo Kab-103. Sin embargo, la operación se encontró con dificultades imprevistas. Se desató una fuerte tormenta con ráfagas de viento de hasta 130 km/h y olas de ocho metros de altura.
La plataforma Usumacinta se soltó de sus amarras y su cubierta en voladizo golpeó la válvula de producción de la plataforma Kab-101, lo que provocó una fuga de petróleo y gas. El petróleo y el gas derramados se incendiaron, lo que obligó a los 73 tripulantes a iniciar la evacuación en dos botes salvavidas.
Trágicamente, uno de los botes salvavidas comenzó a llenarse de agua y finalmente volcó. El otro bote, aunque sobrevivió a la prueba inicial, también volcó. Al día siguiente, apareció en la costa boca abajo con 12 supervivientes aferrados a él. En total, 21 personas perdieron la vida y un trabajador desapareció durante la operación de rescate posterior.
Derrame de petróleo de Montara (2009)
La explosión del pozo Montara ocurrió en agosto de 2009 en el mar de Timor, frente a la costa de Australia. Fue un importante incidente de perforación en alta mar que se produjo durante la perforación del pozo Montara, operado por PTTEP Australasia.
La explosión provocó el vertido de unos 4200 barriles de petróleo crudo al día durante más de dos meses en el mar de Timor. El petróleo formó grandes manchas en la superficie que se extendieron por una amplia zona, afectando a la vida marina y a las zonas costeras. Las zonas de pesca de la zona afectada se cerraron debido a la contaminación, lo que causó dificultades económicas a los pescadores locales y a las comunidades que dependen de la industria pesquera.
La explosión se controló finalmente tras más de dos meses, lo que detuvo el vertido de petróleo y gas del pozo. Reconociendo las pérdidas económicas sufridas a causa del vertido, PTTEP Australasia indemnizó a las comunidades y las industrias afectadas.
Deepwater Horizon (2010)
El desastre de Deepwater Horizon, también conocido como el vertido de petróleo de BP, se produjo el 20 de abril de 2010 en el Golfo de México. Comenzó con una explosión durante las operaciones de perforación en la plataforma Deepwater Horizon, operada por Transocean y arrendada por BP. La explosión provocó una catástrofica explosión e incendio en la plataforma, que causó la muerte de 11 personas. La plataforma se hundió dos días después, dejando la boca del pozo abierta en el lecho marino.
El impacto medioambiental del desastre de Deepwater Horizon fue devastador. Durante 87 días, millones de barriles de petróleo crudo se vertieron en el Golfo de México. Este vertido masivo de petróleo afectó gravemente a la vida marina, los ecosistemas costeros y los medios de vida de las comunidades situadas a lo largo de la costa del Golfo.
BP se enfrentó a unos costes de limpieza considerables y creó un fondo fiduciario de 20 000 millones de dólares para indemnizar a las personas y empresas afectadas por el vertido. El desastre también dio lugar a un mayor escrutinio y a reformas normativas en el sector de la perforación marítima, incluyendo normas de seguridad y supervisión más estrictas.
Las plataformas petrolíferas pueden ser lugares peligrosos para trabajar
Las plataformas petrolíferas, tanto marítimas como terrestres, son lugares de trabajo intrínsecamente peligrosos. Los incidentes y desastres mencionados anteriormente ponen de relieve los importantes riesgos que conlleva la extracción de petróleo y gas del subsuelo, especialmente en entornos marítimos. A pesar de los avances tecnológicos y de las medidas de seguridad, siguen existiendo retos en materia de seguridad en la perforación marítima.
Si bien uno de los principales retos es la naturaleza impredecible del entorno marino, los factores humanos también desempeñan un papel fundamental en la seguridad de la perforación. Es esencial contar con una formación adecuada y cumplir los protocolos de seguridad, pero siguen produciéndose accidentes y lesiones debido a errores humanos. El desastre de la plataforma elevadora Usumacinta, por ejemplo, puso de relieve la importancia de la formación de los tripulantes en procedimientos de evacuación de emergencia y el uso de equipos de salvamento. La historia de los desastres en perforaciones marítimas nos recuerda que la seguridad debe ser siempre una prioridad absoluta.
Hable hoy mismo con un abogado especializado en lesiones en plataformas petrolíferas
Todos estos desastres en plataformas petrolíferas han dejado una huella imborrable en la industria de la perforación marítima, lo que pone de relieve la importancia fundamental de las medidas de seguridad y la vigilancia en este campo de trabajo intrínsecamente arriesgado. Esos trágicos incidentes demuestran la necesidad de mejorar continuamente y de aplicar protocolos de seguridad estrictos para garantizar la seguridad de los trabajadores y prevenir daños medioambientales.
Si usted o un ser querido se ha visto afectado por un desastre en una plataforma petrolífera y ha sufrido lesiones o pérdidas, es esencial buscar la orientación legal adecuada y el apoyo de un abogado con experiencia en accidentes de perforación petrolera. Los abogados de Texas Law Guns, Injury & Accident Lawyers están aquí para brindarle asistencia y defender sus derechos. Contamos con años de experiencia en la gestión de casos de lesiones en plataformas petrolíferas y lucharemos por la indemnización que usted se merece. Para programar una consulta inicial gratuita, llame al (512) 800-0000 o póngase en contacto con nosotros en línea hoy mismo.
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Alexander Begum ha litigado más de 50 juicios y ha llevado a juicio o resuelto casos por más de $500 millones. Alex es accionista fundador de Texas Law Guns, Injury and Accident Lawyers.